¿Has encontrado polillas en la cocina? ¿Crees que su siguiente destino son los armarios de la ropa? Seguramente no sea así, según explica Patricia Guillem, catedrática de Epidemiología, Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Europea de Valencia

En la actualidad, el término “polilla” hace referencia a cualquier tipo de mariposa de hábitos nocturnos. Sin embargo, tradicionalmente nos referimos a ellas cuando hablamos de insectos que, en su forma de larva, se pueden alimentar de diferentes tipos de tejidos o de incluso alimentos. Puesto que las polillas son mariposas, pertenecen al orden de los Lepidóptera, en el que se han descrito aproximadamente más de 160.000 especies. 

El ciclo de vida de los lepidópteros se divide en cuatro estadios hasta que, finalmente, la polilla se convierte en adulto. El primero es denominado “huevo”; el segundo, “larva” (oruga); el tercero, “pupa” (crisálida); y, en último lugar, el adulto o imago.

Diferencias entre las polillas de la ropa y las polillas de los alimentos

“Las polillas causantes del daño de la ropa y/o los productos alimenticios almacenados están directamente relacionadas con el estadio secundario de “larva” (oruga). La diferencia, en cuanto a la preferencia de alimentación de la larva, y, por consiguiente, la infestación de un determinado producto o tejido, viene condicionada por la familia a la que pertenece la polilla”, aclara Guillem.  

Por ejemplo, algunas polillas de la familia Tinidae -que son casi 3.000 especies- se pueden encontrar con facilidad en los domicilios particulares y atacan preferiblemente a tejidos como lana y piel. Entre las más frecuentes están la Tineola bisselliella (polilla de la ropa común) y la Tinea pellionella (polilla de los roperos). 

En cambio, otra familia de polillas perteneciente al género Pyralidae se pueden alimentar de harina, nueces, semilla, frutos secos, chocolate, comida para animales, etcétera.  

La infestación de los alimentos por parte de las larvas se produce porque estas son capaces de introducirse en los envases de papel, cartón o de plástico a través de agujeros que ellas mismas perforan.

Entre familias que afectan a tejidos y a alimentos también existen diferencias sobre los tiempos de vida que posee la polilla durante cada estadio o incluso sobre la prolificidad de las hembras. Las polillas hembras de los alimentos fecundadas producen entre 100 y 600 huevos, en cambio en las de la ropa la variabilidad oscila entre 50 y 200 huevos. 

Otra diferencia importante entre los dos tipos de polillas, aparte de su alimento y el lugar donde se esconden, también es su tamaño. La polilla del algodón es mucho más grande que la polilla del arroz.

¿Suponen algún riesgo para la salud?

En términos de seguridad alimentaria, ¿este tipo de polillas tienen algún riesgo para la salud? La catedrática de la Universidad Europea de Valencia señala que “las larvas de polilla encontradas junto a los alimentos no suelen ser tóxicas y no suponen un peligro para la salud de las personas, aunque sí constituyen un problema al ser una plaga. Encontrar alguna en nuestra cocina, dentro de un paquete de arroz o de pasta, es indicio de que ha habido una contaminación reciente de 10 o 15 días, pues el ciclo completo desde huevo a polilla adulta no se consigue hasta los 30 días en los meses donde hay mayor temperatura”. 

Para no perder los productos que se hayan podido ver afectados se recomienda lavarlos y limpiarlos minuciosamente para, posteriormente, consumirlos inmediatamente o congelarlos, ya que esta práctica eliminaría los restos o cualquier resto presente del insecto. 

Dentro de las pocas especies de polillas que sí pueden producir enfermedades en personas con mayor predisposición, encontramos principalmente alergias y enfermedades de tipo gastrointestinal que cursan de una forma leve y, por lo tanto, son tratables sin mayor complicación”, puntualiza Guillem. 

Mujer con mascarilla abre armario de la cocina.

Cómo eliminar los nidos de polillas de la cocina

Según Guillem, existen cuatro recomendaciones universales para evitar que las polillas aniden en la despensa o en los armarios de la cocina: 

  • Inspeccionar. En caso de tener sospechas o haber avistado alguna polilla, debes revisar la cocina y todos sus espacios, prestando especial atención a aquellos lugares donde se almacenen alimentos secos (harina, cereales, arroz…).  
     
  • Identificar. Localizar los nidos, las larvas o especímenes adultos. 
     
  • Limpiar. Deshacerse de los productos infestados, vaciando completamente la cocina e incluso fijándonos en aquellos productos sin abrir. Limpia la superficie con agua caliente y jabón y, posteriormente, seca adecuadamente tanto superficies como utensilios. 
     
  • Tratar. Como último paso, si queremos evitar una reaparición, podemos usar productos naturales, como hojas de laurel o vinagre blanco, para ahuyentarlas o emplear tratamientos químicos específicos y comercializados en tiendas especializadas.  
  • Así, detalla la catedrática de la Universidad Europea de Valencia, para eliminar los nidos de polillas podemos recurrir a la desinfestación física y/o química. “La primera suele ser la mejor de ambas opciones, aunque la forma de realizarse no es tan sencilla como se presupone, ya que se necesita congelar, eliminar el oxígeno e incluso aplicar rayos gamma”.  

    En cuanto a los métodos químicos, se usa con frecuencia el pentaclorofenol, pero se considera bastante peligroso para la salud, por lo que debe emplearse con sumo cuidado y leerse las especificaciones del fabricante, así como administrarlo usando mascarillas y guantes en su manipulación.

    Si se decide optar por un insecticida en formato líquido, es importante disponer de un inyector que facilite la aplicación y esparcir con un pincel o brocha que mejore la distribución y absorción del producto. 

    Existen también otros insecticidas en formato sólido que podrán depositarse sobre la superficie del mueble afectado durante, al menos, 15 días. 

    “Recomendamos no usar insecticidas en la cocina o despensa, ya que hay riesgo de contaminar cualquier alimento. Si usamos este tipo de elemento, hay que alejar los alimentos por un tiempo antes de volver a colocarlos en ese lugar”, advierte Guillem. 

    Además de estas alternativas, se dispone de remedios caseros, que pasan por el empleo de: aceite de laurel, cáscara de naranja o limón, bolas de naftalina, clavitos de olor o aceite de cedro. 

    ¿Las plagas de polillas de los alimentos son más frecuentes en verano o en invierno? 

    “Cuando empieza a irse el frío comienza una época decisiva para las plagas que invaden nuestra casa, ya que el calor hace que la mayoría de los insectos que estaban en larvas aparezcan y salgan de sus capullos para buscar un nuevo hogar y alimento para sobrevivir”, responde la experta.   

    Harina y arroz en frascos de vidrio.

    Alimentos como harina, arroz y frutos secos, ¿mejor en frascos de cristal?

    Guillem afirma que “entre los lugares favoritos de las polillas adultas se encuentran aquellos puntos dentro de nuestra cocina que no dispongan de luz, como cajones y armarios. Las larvas se desplazarán en búsqueda de alimento almacenado, por ese motivo es preferible tener rotación en los alimentos que guardamos sin que transcurra mucho tiempo hasta su consumo o, incluso, se recomienda traspasarlos a recipientes de vidrio para garantizar el correcto aislamiento y evitar este problema”. 

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